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Personaje

Constanza Arena: La embajadora del cine chileno mira al futuro

Constanza Arena: La embajadora del cine chileno mira al futuro

La directora ejecutiva de Cinema Chile acaba de estar en Cannes y nos cuenta cómo la pandemia ha afectado la industria cinematográfica, Además de analizar el momento que vive la producción nacional. Las salas de cine están lejos de desaparecer, confirma Constanza: “Ahora ir al cine es una fiesta”.

Por: Sofía García-Huidobro / Foto principal Verónica Ortiz | Publicado: Sábado 31 de julio de 2021 a las 21:30
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Desde Madrid, donde estuvo asistiendo a algunas reuniones de trabajo luego de participar del Marché du Film en el Festival de Cannes, Constanza Arena (44) confiesa que le costó retomar la presencialidad y los eventos, luego de 16 meses sin viajar. La organización del evento, cuenta, mantuvo un protocolo muy estricto: PCR cada 48 horas y uso de mascarilla constante, pero en las salas de cine no había distanciamiento, y un espacio como la Sala Lumiere, con 2.000 butacas, estaba a tope durante las funciones.

“Afuera en las calles, la vida loca: pleno verano, muchos turistas, el no uso de mascarilla para quienes tienen pase sanitario está permitido. Entonces es algo chocante el contraste, para uno que viene con el trauma de post guerra y algo de síndrome cabaña: ¡quiero volver a mi casa!”, comenta la argentina-chilena que desde hace diez años es directora ejecutiva de Cinema Chile, agencia público privada responsable de la promoción y difusión de la producción audiovisual chilena en el mundo.

Su trabajo le implicaba viajar constantemente, los aeropuertos y aviones eran parte importante de su vida, pero luego de esta larga pausa y con la pandemia aún en el aire, fue distinto: “Me resultó muy estresante, mucho trámite, trabas. El ambiente nervioso, en los aeropuertos te hablan por los parlantes recordándote el uso de mascarilla. Es como una película de ciencia ficción, una distopía”.

Una nueva forma de trabajar


Hay muchas cosas en la industria cinematográfica que están cambiando y algunas “conclusiones no concluyentes”, señala la ejecutiva. En términos de rodaje, cree, la realidad no cambiará demasiado, más allá de las nuevas normas sanitarias. Pero en cuanto a lo que acontece en el mercado, los procesos de financiamiento y la venta de derechos de distribución, sí. Se comprobó que los negocios pueden realizarse las semanas previas a los festivales, en este caso Cannes, a través de reuniones virtuales: “Sin tanto estrés ni la necesidad de concentrar toda la actividad comercial en formato presencial”.

Las reuniones intensas las tuvimos dos semanas antes por Zoom y eso nos permitió una agenda más tranquila. El encuentro físico debe ser una celebración del cine”, cuenta Arena sobre EL Marché dU film en cannes.

Constanza cuenta que en los tiempos prepandemia su rutina en este tipo de eventos era la siguiente: reuniones cada media hora, de 9 a 17 horas, con apenas una pausa de almuerzo. Luego cocktails de la industria, función de película y fiestas de estreno. “Te acostabas tipo 2 de la mañana, y al día siguiente temprano, de vuelta al ring. Frenético”, dice.

Pero, acota, la posibilidad de reunirse de manera online es un buen complemento que no sustituye lo presencial: “El punto de encuentro de una industria que es creativa requiere del cara a cara, del contacto humano y la conversación de mayor calidad. En esta oportunidad se vio un modelo de negocios distinto. Como había menos gente y no nos veíamos hace tiempo, tuvimos reuniones con más pausas y espacios de conversación con agentes de ventas, prensa especializada y los equipos de las películas. Fue un lujo que antes no existía. Las reuniones intensas las tuvimos dos semanas antes por Zoom y eso nos permitió una agenda más tranquila. El encuentro físico debe ser una celebración del cine”.

Larga vida a las salas
¿La pandemia mató las salas de cine? Todo lo contrario, sostiene la representante de Cinema Chile. Al menos en el caso del cine de autor, cobró nueva relevancia, explica. Una conversación recurrente en Cannes fue la ratificación de la sala de cine como el entorno natural para las cintas de corte más artístico. Porque se trata de producciones no óptimas para visionados en dispositivos digitales: “Siguen siendo nuestros tesoros. Son experiencias cinematográficas que requieren de lo colectivo, la presencia de otros en la misma sala, la oscuridad y la pantalla gigante”.

El cine asumió una nueva vigencia para este tipo de películas”, agrega citando una conversación que sostuvo con Fiorella Moretti, CEO de Luxbox, agencia boutique de cine autoral. La gente está anhelosa de volver a las salas, observó Constanza no solo en el contexto de Cannes sino en las calles de Madrid: “Las salas están repletas. Ir al cine es una fiesta”.

Constanza junto a Alejandra García, productora ejecutiva de Wood Producciones, en una función de Cannes.

Aunque es un momento de incertidumbre y estrés, admite, también se vislumbran oportunidades en el horizonte. Que los eventos presenciales sean más selectos, permitiría ahorrar recursos que podrían reconcentrarse en los propios equipos de trabajo, y eso es una buena noticia. También hay una conversación interesante sobre el rol que ocupa el streaming y la proliferación de estas plataformas.

La inversión extranjera


Fue duro, dice Constanza respecto a los meses en que la actividad cinematográfica permaneció completamente congelada: “Aquí pongo la lupa en Chile que es un país donde la industria audiovisual tiene gran informalidad en las contrataciones. La pandemia dejó en evidencia la precariedad que existía. No hay previsión, ni apoyo, ni subsidios para los equipos de trabajo. Ahora además se generó un cuello de botella, y todos están filmando al mismo tiempo, colapsados”.

Explica que su trabajo es de exportación, pero no como el arándano o el vino. El cine tiene distintas derivadas y cuando se generan coproducciones internacionales, incide en nuestra marca país. La inversión extranjera en esta industria es inmensa y Arena lo demuestra con números. El Fondo de Fomento Audiovisual en Chile dispone, en un año promedio, de un monto cercano a 1 millón 300 mil dólares para la producción de largometrajes de ficción.

El catálogo internacional de Cinema Chile, de mayo de 2021 a mayo de 2022, trae un récord de estrenos con 139 obras de las cuales 49 son largometrajes. “El Fondo alcanza para cinco películas al año, y si el costo promedio de cada uno se estima en 700 mil dólares, el diferencial, calculamos, asciende a 19 millones de dólares, de los cuales la gran mayoría proviene de inversión extranjera”. Agrega que el catálogo incluye 90 cortometrajes, una docena de ellos de animación.

Una disciplina popular


Hay un boom de producción cinematográfica en Chile”, afirma. Hace la analogía con el fútbol: En los países con cultura futbolística, cuando hay trofeos mundiales ganados, se traduce en una idiosincrasia desde la primera infancia. Los niños quieren ser futbolistas cuando crezcan.

“Eso pasa en Chile con el cine. Se vuelve una disciplina popular. Los alumnos de las escuelas de cine llegan a estrenar sus obras de egreso en festivales internacionales. Entonces piensan: “Puedo vivir de esto. No es un sueño ridículo”. Se refiere a la trascendencia que ha tenido el cine chileno en los últimos años, con producciones como Historia de un oso, Una mujer fantástica y El agente topo, presentes en los Oscar, además de la gran cantidad de títulos nacionales que han sido premiados en festivales europeos.

También en Cannes, la directora de Cinema Chile y Giancarlo Nasi, productor de Quijote Films y presidente de la Academia de Cine de Chile.

El eslabón perdidoNo hay un correlato entre el avance del sector, con el apoyo que destina el Estado al mercado doméstico y la construcción de audiencias locales, sostiene Arena. Es decir, existe financiamiento para producir películas, pero luego se genera un corte abrupto porque no hay salas de cine que dependan del Estado y que las incluyan en su programación, ni canal público que las transmita y promocione, ni educación pública que incluya al cine dentro de sus contenidos básicos.

“No todo el mundo va al Festival de Valdivia o a Sanfic. Muchas películas se quedan sin apenas ser vistas. Es un círculo vicioso, que podría ser virtuoso, como en México y Colombia, por no compararnos con Francia. Faltan eslabones para que se arme la cadena completa”, dice la directora ejecutiva. Sí rescata la iniciativa de la plataforma Ondamedia.cl, pero, insiste, no reemplaza la experiencia cinematográfica de la sala.


Destaca además la labor de ProChile al momento de exportar la producción audiovisual y darle un foco relevante a las industrias creativas y marcas sectoriales. Con ellos trabajan como buenos socios y reciben un importante financiamiento para mantener presencia de marca en el mercado internacional. Ahora tienen la misión conjunta de establecer relaciones más fluidas con Asia. Constanza ha viajado varias veces a Japón y Corea del Sur, aunque el último año las reuniones de mercado han sido virtuales.


También menciona como instrumento relevante, el IFI o “Programa de apoyo a inversiones audiovisuales de alto impacto” que creó Corfo para incentivar que producciones extranjeras se filmen en nuestro país. “Eso marca un handicap competitivo para que Chile sea atractivo a la inversión extranjera. Lo que se traduce en mayores ingresos al sector turístico, contratación de mano de obra y mayor capital de conocimiento. Con los debidos incentivos, Nueva Zelanda e Irlanda, países pequeños en términos de producción cinematográfica, ahora son grandes atractivos en términos de inversión. Los paisajes los tenemos y la gente se puede capacitar, generando más empleo”, resume.

Por último, aplaude la creación de la Academia de Cine de Chile, de la cual también forma parte: “Era muy raro no tener Academia con un cine que ya alcanza cierto prestigio. Todavía estamos en proceso de ser industria, pero queda mucho bache”.


Tendencias y lo que viene
A Constanza Arena le llamó la atención la poca representación de películas latinoamericanas en Cannes. Pero mirando el vaso medio lleno, constató que las cuotas de género se están cumpliendo. Destaca la mayor presencia de mujeres directoras y miembros del jurado.

De hecho, este año la realizadora francesa Julia Ducournau (37) se llevó la Palma de Oro con su cinta Titanio, siendo la segunda mujer que obtiene este premio en la historia del festival. En cuanto a las temáticas, la directora ejecutiva de Cinema Chile observó la recurrencia de personajes en tránsito o transformación, y un clima distópico. “Al menos no vi películas hechas en Zoom”, comenta riendo, a propósito de la aparición de mascarillas en pantalla.

Dominga Sotomayor


¿Novedades para este segundo semestre? Sebastián Lelio se unió como productor asociado al nuevo documental de Cristián Leighton, El porvenir de la mirada. El director Ari Aster se confirmó como productor de Los Huesos, nuevo cortometraje de León & Cociña. Dominga Sotomayor volverá a asociarse con RT Features, para realizar su largometraje Niebla. Spencer, la película de Pablo Larraín con Kristen Stewart en el papel de Diana de Gales, competirá en septiembre en el Festival de Cine de Venecia. Y hay muchas más novedades disponibles en www.cinemachile.cl

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Pensó ser sacerdote y filósofo. Terminó estudiando Ingeniería comercial. Fue director de Forus -entre otras varias compañías-, presidente del comité ejecutivo de Clapes UC, líder de la CPC entre 2018 y 2020 y director de la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS).

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